Hugh Faulkner, médico clínico con muchos años de práctica, descubrió que tenía cáncer de páncreas a los 74 años, con una expectativa máxima de vida de seis meses. Un poco por suerte y bastante por su mentalidad abierta dispuesta a considerar alternativas, y al apoyo brindado por Marian, su esposa, adoptó la Macrobiótica. Cinco años después escribió este libro donde narra en forma detallada su experiencia.
Dice en la introducción:
"La primera parte de este libro describe cómo traté de evitar una sentencia de muerte, y explica las reacciones de mi esposa, Marian, quien tuvo un papel protagónico en el resultado. Lo que ofrecemos no es una cura mágica, o una panacea para todas las enfermedades de la Humanidad. Bajo una amenaza de muerte, modifiqué completamente mi dieta y estilo de vida y, en gran parte, mi forma de pensar. ¿Fue esto lo que causó la remisión de mi cáncer? No lo sé ¿Es esta prórroga de mi vida —más energía y más ideas— debida a la Macrobiótica? No lo puedo probar científicamente. Pero aprendí lo suficiente a través de mi propia experiencia y por leer y discutir sobre Macrobiótica y Medicina Oriental, para poder afirmar que la Medicina de Occidente tiene mucho que aprender de estas disciplinas.
Como durante muchos años hemos sido, Marian enfermera y yo médico clínico, era inevitable que concibiéramos a la Macrobiótica en base a nuestro entrenamiento y experiencia profesional. No he descartado la Medicina occidental ortodoxa que me enseñaron en la Facultad hace cincuenta años. Los espectaculares adelantos en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades han claramente ayudado a muchos miles en todo el mundo. No obstante, los conceptos cartesianos de Newton en los cuales se basa la ciencia medicinal de Occidente han dejado tras sí muchas brechas —especialmente en el campo de la prevención y promoción de la salud. Indudablemente, la Medicina occidental continuará exigiendo datos concretos que prueben científicamente la efectividad de la Medicina complementaria, exigencia enteramente razonable. El diálogo constructivo ya entablado entre la Medicina ortodoxa y la escena alternativa debe ser alentado y proseguido.
Mis colegas macrobióticos debieran continuar cuestionándolo todo, incluyendo sus más íntimas creencias. En esto encontrarán aliados entre médicos, otros profesionales de la salud, universidades e institutos de investigación. Los miembros de la ciencia médica no son todos ciegos reaccionarios prontos para atacar todo lo que no sea ortodoxo. Todos sabemos demasiado bien que nadie monopoliza la sabiduría y la verdad.
Creo que la Macrobiótica puede ayudar a muchos sufrientes de cáncer. Cuando me consultan los pacientes les ofrezco los hechos como los veo. Les aconsejo hablar con sus médicos antes de embarcarse en la Macrobiótica, con la esperanza de que hallarán la misma mente abierta y aliento que me ofrecieron mis médicos del Hospital Whittington en Londres. Algunos pacientes, enfrentados con la disyuntiva de qué es lo que la Medicina ortodoxa ofrece, pueden caer en la cuenta, como yo, de que nada perderán con probar.
En la segunda parte de este libro, he tratado de describir el Movimiento Macrobiótico de hoy como lo veo, algo de su historia y, más importante, su potencial. Además de su papel en el campo de la salud, considero que puede jugar una parte fundamental en el movimiento ecológico, la conservación del planeta ante la explotación y la guerra y la construcción de un mundo en paz".
Presentación por Michio Kushi 5
Introducción 9
Capítulo 1 – Relato 11
Capítulo 2 – Recuperación 37
Capítulo 3 – Aspectos Generales de la Macrobiótica 45
Capítulo 4 – Una Perspectiva más Amplia de la Macrobiótica 53
Capítulo 5 – A más Viejo más Audaz 59
Capítulo 6 – Conclusión 65
Apéndice: Orientaciones Dietéticas Básicas de la Macrobiótica 67
Aclaración por Mauricio Waroquiers 70
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